viernes, 25 de diciembre de 2009

veinticuatrodediciembre


Llegamos a casa de abuelo las 21:15 y con nuestra llegada aún faltaban 4 comensales más. Colgamos los abrigos goteantes y empapados en la percha de madera, pasamos al salón a fingir que todos ansiabamos estar en esta velada.Todos los comensales eramos familia, viviamos en la misma ciudad, y el cincuenta por cierto solo se veia en esa cena.

Empezamos a actuar nos preguntamos por las novias ausentes y por el trabajo, recordamos las mismas anecdotas. en la cocina solo habian botellas de agua, refrescos y buenos vinos, la mesa era una gran mesa formada por tres mesas empalmadas y cubiertas por el mismo mantel, tres tipos de cuberterias mezcladas y una bonita vajilla que solo se usa los veinticuatros de diciembre para cenar.

Nos sentamos en nuestros respectivos sitios al azar y todos los que teniamos camisas nos desabrochamos los puños de las camisas y nos las remangamos las camisas, todos teniamos a la derecha del plato unos paños de agua caliente, nos frotamos los antebrazos con los paños y pusimos los brazos en nuestros respectivos platos y los empezamos a sazonar. Yo al mio le eché un poco de salsa de champiñones, nata y pimienta, lo repartí todo generosamente por el brazo y me lo empecé a comer.Mientras devoraba mi antebrazo escuchaba a mi tio criticar al ayuntamiento en crisis y que le habiandado un diploma en su trabajo, contaba mientras mascaba un pedazo de la parte inferior de su brazo.Mi madre empecinada en que comiese y probara toda la carne, me dió a probar un trozo de su biceps empezamos a dar a probar a los demas comensales, los pequeños echaban mostaza dulce en el remangado gemelo de mi abuelo, este reia haciendo referencia a sus travesuras, al final de la cena todos estabamos magullados y mi tia sacó un gran botiquin dorado y con incrustaciones de piedras preciosas, estaba repleto de material de primeros auxilios, betadines, algodones, alcoholes, cada uno cogió un gran tozo de algodón y empezó a curar las heridas de su projimo con mimo y dulzura, nosdespedimos con calidos abrazos y cada uno se fué a su casa contando los días de la proxima cena de noche buena.

1 comentario:

  1. Pues una buena crónica de los hechos, sí señor.
    Me ha gustado, subnopop.
    ¡¡ Ay, las novias ausentes!!!

    Saludos de Jim.

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