Llegamos a casa de abuelo las 21:15 y con nuestra llegada aún faltaban 4 comensales más. Colgamos los abrigos goteantes y empapados en la percha de madera, pasamos al salón a fingir que todos ansiabamos estar en esta velada.Todos los comensales eramos familia, viviamos en la misma ciudad, y el cincuenta por cierto solo se veia en esa cena.
Empezamos a actuar nos preguntamos por las novias ausentes y por el trabajo, recordamos las mismas anecdotas. en la cocina solo habian botellas de agua, refrescos y buenos vinos, la mesa era una gran mesa formada por tres mesas empalmadas y cubiertas por el mismo mantel, tres tipos de cuberterias mezcladas y una bonita vajilla que solo se usa los veinticuatros de diciembre para cenar.
Nos sentamos en nuestros respectivos sitios al azar y todos los que teniamos camisas nos desabrochamos los puños de las camisas y nos las remangamos las camisas, todos teniamos a la derecha del plato unos paños de agua caliente, nos frotamos los antebrazos con los paños y pusimos los brazos en nuestros respectivos platos y los empezamos a sazonar. Yo al mio le eché un poco de salsa de champiñones, nata y pimienta, lo repartí todo generosamente por el brazo y me lo empecé a comer.Mientras devoraba mi antebrazo escuchaba a mi tio criticar al ayuntamiento en crisis y que le habiandado un diploma en su trabajo, contaba mientras mascaba un pedazo de la parte inferior de su brazo.Mi madre empecinada en que comiese y probara toda la carne, me dió a probar un trozo de su biceps empezamos a dar a probar a los demas comensales, los pequeños echaban mostaza dulce en el remangado gemelo de mi abuelo, este reia haciendo referencia a sus travesuras, al final de la cena todos estabamos magullados y mi tia sacó un gran botiquin dorado y con incrustaciones de piedras preciosas, estaba repleto de material de primeros auxilios, betadines, algodones, alcoholes, cada uno cogió un gran tozo de algodón y empezó a curar las heridas de su projimo con mimo y dulzura, nosdespedimos con calidos abrazos y cada uno se fué a su casa contando los días de la proxima cena de noche buena.

Pues una buena crónica de los hechos, sí señor.
ResponderEliminarMe ha gustado, subnopop.
¡¡ Ay, las novias ausentes!!!
Saludos de Jim.